Como ya sabéis, el blog ya se ha reabierto.
¿Qué es lo que voy a subir a este blog?
Hay un personaje al que le tengo mucho cariño. Se trata de Sarah Farrell. Es una de las dos protagonistas femeninas de mi novela Historia de dos hermanas. Sarah tiene mucho que contar.
Es una joven realmente hermosa. Sin embargo, también es una joven con mucho carácter. En este diario, conoceremos más a fondo a Sarah. Conoceremos todo lo que pasa por su mente.
Sabremos más de ella. Conoceremos sus miedos. Conoceremos sus deseos. Sarah es una joven bastante especial.
Siempre ha sido la más alocada de las hermanas Farrell. Una joven que sueña con vivir un romance idéntico a los que viven las protagonistas de las novelas que suele leer.
Tiene en varias confidentes. Su hermana mayor, Brighid, es la voz de la sensatez. Su mejor amiga, Lucille, la anima, pero alberga ciertas reservas. Y una criada de confianza, Joanna, le prohibe que se rebele. ¿Les hará caso?
Sarah tiene un amor platónico. Se trata de Sean O' Hara. El jardinero de la Academia Para Señoritas donde estudió.
Hace años que no le ve. Sarah vuelve a encontrarse con Sean.
Y se enamora de él. ¿Se enamora de él? ¿O cree enamorarse de él?
La vida de Sarah no es fácil. Se dará cuenta de lo distinta que es la realidad de la ficción. De que el amor en la vida real es algo distinto.
Y no siempre nos salimos con la nuestra. No siempre somos correspondidos.
Aquí os dejo un pequeño fragmento de mi novela Historia de dos hermanas.
-¡Te he visto besándote con él esta noche
en el balcón!-le espetó Brighid en una ocasión a su hermana-¡No trates de
negarlo! ¡Por el amor de Dios, Sarah! ¿Qué es lo que quieres? ¿Quieres echar a
perder tu reputación y tus posibilidades de hacer un buen matrimonio?
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